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Comida chatarra en escuelas entre dudas y aceptación; así reaccionan alumnos, maestros y padres

Por America Aolanis

Guasave, Sin.- Desde el inicio de 2025, en cientos de escuelas del país dejaron de venderse refrescos, frituras, galletas y dulces. ¿La razón? Una nueva ley que prohíbe la venta de comida chatarra en instituciones educativas, con el objetivo de mejorar la salud de los estudiantes y combatir la obesidad infantil.

La implementación de esta normativa ha generado diversas reacciones entre alumnos, padres de familia y docentes. Algunos celebran la medida; otros la ven con escepticismo.

“Los niños salen de la secundaria y van a la tiendita de la esquina a comprar sus botanitas”, comenta una madre de familia.

Para Carlos Jiménez, de 13 años, el cambio no ha sido tan malo. “Al principio me molestó, pero ahora llevo fruta o cosas que preparo en mi casa. Me siento más ligero en clase”, asegura.

La nueva ley obliga a las cooperativas escolares a ofrecer únicamente alimentos saludables: frutas, ensaladas, cereales integrales y bebidas naturales sin azúcar añadida. La Secretaría de Salud argumenta que estas medidas son urgentes ante el alto índice de enfermedades relacionadas con la mala alimentación en niños y adolescentes.

“Nos dan más verduras, pero deberían hacerlas más atractivas. A nadie le emociona una zanahoria seca”, dice entre risas Fernanda Ruiz, de 15 años.

Sin embargo, su aplicación aún enfrenta retos. Aunque dentro de los planteles la comida chatarra ha desaparecido, en los alrededores de muchas escuelas sigue siendo fácil conseguirla.

“A la salida, los puestos siguen ahí con todo lo que está prohibido adentro”, señala Daniela, estudiante de secundaria.

“Necesitamos que el Ayuntamiento nos ayude a retirar a los vendedores ambulantes frente a las escuelas; solo así los alumnos podrán enfocarse en consumir comida saludable”, recalcó el director de un plantel.

Por su parte, los vendedores también tienen algo que decir. “Muchos vivimos de esto y le seguimos haciendo la luchita ante esta nueva ley”, afirma una comerciante ambulante.

La transición hacia una alimentación más saludable ya comenzó. Aunque no todos están convencidos, la mayoría reconoce que es un paso necesario para mejorar la calidad de vida de los estudiantes.

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