Roma se convirtió este sábado en el corazón del mundo al despedir al Papa Francisco en una ceremonia histórica. Más de 400,000 personas y delegaciones de 148 países se reunieron para rendir homenaje al pontífice, quien siempre luchó por los más vulnerables. Líderes mundiales como Donald Trump, Lula Da Silva, Emmanuel Macron y los reyes de España se unieron al pueblo para acompañarlo en su último adiós.
La misa fue oficiada por el cardenal Giovanni Battista Re y contó con la participación de más de 220 cardenales, 750 obispos y 4,000 sacerdotes. Siguiendo su deseo de sencillez, el féretro fue llevado en el papamóvil hasta la Basílica de Santa María la Mayor, en un recorrido cargado de emotividad y devoción popular.
En un gesto profundamente simbólico, migrantes, personas sin hogar y representantes de comunidades vulnerables también asistieron a la despedida, reflejando la esencia del pontificado de Francisco: cercanía, compasión y justicia social.
Más allá de un funeral, la jornada se convirtió en un canto de unidad mundial, recordando el legado de un Papa que siempre puso en el centro la dignidad humana, el diálogo y la esperanza para todos los pueblos.
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