Ahome | Sinaloa | La regidora de Morena, Rosa Margarita Velázquez Valdez, insiste en que debe ser restituida como presidenta municipal de Ahome, alegando que el 1 de mayo asumió la presidencia interina tras el desafuero del exalcalde Gerardo Vargas Landeros. Lo que omite decir es que aquella “sesión de Cabildo” fue privada y exclusiva para seis regidores morenistas, quienes a puerta cerrada decidieron otorgarle el cargo.
En aquella jugada participaron Feliciano García Mendoza, Gabriel Vargas Landeros (hermano del exalcalde), Marisol Morales, Judith Luna, Mariel López y Trinidad Velázquez Chaparro, todos de Morena. Ellos votaron en privado y, sin mayor transparencia, “hicieron alcaldesa” a Rosa Margarita.
Los rumores políticos aseguran que Velázquez Valdez es muy cercana a José Ramón Urias, alias El Tomate, hombre de confianza de Gerardo Vargas, y que en realidad su designación es una maniobra para que el exalcalde siga moviendo los hilos del poder en Ahome, aun cuando enfrenta un proceso penal por la millonaria renta de patrullas que lo llevó a perder el cargo.
Cabe recordar que la propia Rosa Margarita, junto a la regidora Mariel López —hija de Enrique López Miranda, exdirector de Inspección y Normatividad de la administración varguista— fueron duramente cuestionadas tras su viaje a España en enero a un evento de turismo que poco tenía que ver con sus funciones edilicias.
Cuenta la leyenda que al llegar de la madre patria, el entonces alcalde Vargas anunció rueda de prensa con bombo y platillo para que sus “consentidas” dieran cuenta de los resultados de “las gestiones en la feria turística, a lo que ellas no supieron responder, ya que evidentemente fueron de paseo y con dinero del erario.
Mientras tanto, Gerardo Vargas Landeros acumula amparos fallidos y hasta intentó apoyarse en un juez federal de Zacatecas para regresar a la alcaldía. Todo ha sido improcedente. El control del Ayuntamiento de Ahome permanece en manos de Antonio Menéndez, designado por el Congreso del Estado el pasado 2 de mayo.
Entre sesiones privadas, “alcaldesas exprés” y amparos a la carta, lo único claro es que las artimañas políticas de Gerardo Vargas y sus aliados siguen dando de qué hablar en el norte de Sinaloa.
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