Los Mochis | Sinaloa | Al cumplirse diez días de la desaparición de Jassiel Eduardo, un joven dedicado a la compraventa de vehículos que fue privado de su libertad por un convoy armado en la colonia Scally, familiares y amigos realizaron una manifestación pacífica frente a la Vicefiscalía Zona Norte para exigir resultados en la búsqueda y exigir su regreso con vida.
“Jassiel vuelve a casa”, “te estamos esperando”, “fiscalía, ayúdanos por favor”, se leía en las cartulinas y lonas que portaban las más de 20 personas que se dieron cita este viernes por la mañana en las instalaciones de la Vicefiscalía, donde exigieron atención y avances en la carpeta de investigación. La última vez que vieron a Jassiel fue la tarde del miércoles 16 de julio, cuando salió de su domicilio a bordo de un vehículo Hyundai Sonata gris, el cual tampoco ha sido localizado.
“Lo único que pedimos es que él regrese con vida, que nos lo entreguen sano y salvo. No buscamos culpables ni juzgamos a nadie, sólo queremos respuestas”, expresó entre lágrimas una de sus hermanas.
La familia aseguró que tras interponer la denuncia de desaparición, también reportaron el robo del vehículo, pero hasta ahora, no han recibido información concreta por parte de las autoridades. Durante la protesta, solicitaron una audiencia con el vicefiscal Isaac Aguayo Roacho para exigir que se intensifique la búsqueda.
Antecedentes que estremecen
Jassiel fue privado de su libertad la misma noche en que desaparecieron también Rosario Vázquez Salazar (52 años), Rosario Vázquez Sánchez (27), Omar Eduardo Vázquez Sánchez (22) y Luis Fernando Carrillo Vázquez (26), todos familiares directos de Javier Alonso Vázquez Sánchez, alias “El Tito”, asesinado dentro del penal de Goros II el 17 de julio, un día después de su detención por el aseguramiento histórico de 1,500 kilos de pastillas M30.
La privación múltiple ocurrió en un domicilio del fraccionamiento Scally, donde un grupo armado irrumpió y se llevó a los cinco. La familia de Jassiel insiste en que él no tenía relación con el caso de “El Tito”, ni con ninguna actividad ilícita. Señalan que se dedicaba de tiempo completo a la compraventa de autos y que fue víctima colateral de un contexto violento que no le correspondía.
Un caso que marcó el inicio de una guerra
Este hecho marcó el inicio de una escalada de violencia que aún persiste en la región. La desaparición de los cinco jóvenes y el posterior asesinato de “El Tito” dentro del penal de Goros, considerado un caso sin precedentes por el nivel de infiltración criminal en el sistema penitenciario, desató una serie de enfrentamientos y reacomodos entre grupos armados en el norte del estado.
A un año de este suceso, las familias siguen sin respuestas y con la esperanza de volver a ver con vida a sus seres queridos.
“Lo único que pedimos es que no se archive el caso. Que sigan buscando. Jassiel no es un número más, es un hijo, un hermano, un primo, un nieto. Queremos que regrese”, finalizó una de sus tías.
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